Descripción
Rory Knox, Jasmine Wilde y Octavia Red montaron una fiesta tan escandalosa que los vecinos llamaron a la policía y acabaron en la prisión. Allí tuvieron que rogar para que las pusieran juntas en una celda separada del resto de los presos, tanto hombres como mujeres, para que no se las follaran entre todos todo el tiempo. Las autoridades aceptaron pero, obviamente, todo tiene un precio. En el caso de estas zorras, tendrían que pagarlo con carne. Así es como se convirtieron en las putitas de los guardias. Ahora, se lo pasan mamando pollas, tragando leches y dando el culo y el coño. A menudo son folladas hasta en orgías y gangbangs… pero solo por los guardiacárceles.
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