Descripción
Cuando me encontré a mi hermanastra casi desnuda, sin sujetador y con la mano adentro de las bragas, lo primero que se me ocurrió fue preguntarle si no prefería que le comiera el coño antes que masturbarse a solas. Al principio se negó, pero siguió metiéndose los dedos en el chocho hasta que se calentó tanto que se quitó las bragas y me invitó a chuparle el chocho. Yo me esmeré para hacerle mi mejor cunnilingus, y le gustó tanto que decidió retribuirme el favor con una mamada de muerte. Desde entonces, casi todas las semanas le como el coño y me chupa la polla cuando nuestros padres no están en casa.
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