Descripción
La obsesión que tiene la guarrilla morena Jaye Summers por el sexo interracial es alarmante. No por nada se ha buscado un novio negro. Las amigas entienden que comerse una polla negra de tanto en cuanto está muy bien pero se preguntan ¿no será una exageración ponerse de novia con un negro? La respuesta de Jaye es muy simple. Desde que probó su primer rabo negro, no podría volver a follar con un tío de otro color. Por eso, al padre del novio le fue muy fácil seducirla. Esa noche se encontraron de casualidad en la cocina y en menos de diez minutos el suegro logró que la muy zorra le mamara la polla y se abriera de piernas para que él le comiera el coño. Como no podía ser de otra manera, acabó follándosela y llenándole el coño de leche.
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