Descripción
Sarah Shevon y su esposo venían planeando desde hacía mucho tiempo la primera doble penetración de la morena. Para eso tenían que hacer primero un trío, y era muy importante conseguir a la persona indicada. Después de descartar a unos cuantos maromos, decidieron hacerlo con el mejor amigo del marido. Convencerlo no les costó demasiado. Lo invitaron a pasar el día en la piscina y Sarah los dejó a solas para que el esposo se lo propusiera. Cinco minutos después, estaban los tres en la habitación. La morena, a cuatro patas, gemía como una perra en celo con una polla en el culo y otra en el coño al mismo tiempo.
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