Descripción
El viejo asiático estaba flipando en colores. Jamás se hubiese imaginado que a su edad podría ligarse a una colegiala jovencita, guapísima y con un cuerpazo como la putita que acababa de ligarse. Soñaba con quitarle poco a poco el uniforme, empezando por la faldita, siguiendo por las bragas y después la camisa y el sujetador. ¡Una estudiante toda desnudita para él solo! Todo iba tal cual lo había imaginado hasta que le levantó la falda y descubrió que tenía un tremendo pollón. ¡La colegiala resultó ser un crossdresser! Ni una chica, ni una travesti, ni una transexual; un chavalín disfrazado perfectamente de colegiala. Para su sorpresa, eso lo excitó aun mas. Instintivamente, se puso a mamarle la polla. ¡No se lo podía creer! Después se lo folló por el culo, pero nunca dejó de pensar en que acababa de comerse la primera polla de su vida.
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