Descripción
Era obvio que un yogurín tan chulo y pijo como este acabaría con el culo destrozado en la cárcel. Es que además es guapísimo, y los demás presos se matarían entre ellos por ver quién se lo follaba primero. Lo único que podía salvarlo de un gangbang salvaje y la posterior follada de todos los presos cada día, era que alguien le ofreciera protección, y eso fue lo que hizo el guardia de seguridad negro. Claro que el favor no sería gratis y, como era de esperar, se lo cobró en carne. Así fue como el chaval acabó mamándole la polla y mirando hacia Cuenca para que el negro se lo follara por el culo. Era eso o convertirse en la nueva puta de los reos…
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