Descripción
Es increíble lo fácil que se dejan convencer las universitarias para hacer cualquier guarrada a cambio de dinero. Esta jovencita tetona de apenas 19 años es un buen ejemplo, ya que en menos de dos minutos ya estaba enseñando las tetas en público. Bastó con que un hombre le enseñara unos pocos billetes para que enseguida se convirtiera en una puta. Claro que eso sería solo el principio. Después de enseñar los melones, tuvo que ponerse de rodillas y comerle la polla. Ya a esa altura, era evidente que acabarían follando. ¡Ni la más zorra de las prostitutas se deja follar en plena calle y acaba tragándose toda la corrida como esta tía!
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