27 Ago 24 416

Un masaje con final feliz inesperado

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Descripción

A veces, el final feliz de las masajistas resulta inesperado. Sobre todo cuando los clientes tienen unas pollas inmensas como la de este chaval, que portaba una anaconda entre las piernas. Cuando se le puso dura, la masajista no pudo resistir la tentación de tocársela. Desde ese momento dejó de darle masajes para masturbarlo sin parar hasta sacarle la leche. La guarra le hacía la paja a dos manos, ansiosa por que llegara el momento en que el rabo explotara y la lefa comenzara a inundarle las manos. Hasta se quedó con ganas de mamarla y tragarse la corrida, pero no quería quedar como una puta delante del cliente.

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