Subo a la terraza con mi prima y me la follo bajo las estrellas

El cumpleaños de mi tía estaba demasiado aburrido, como todas las fiestas familiares. Iba preparado para eso, así que estaba resignado a sentarme en una silla y dedicarme a comer y a beber durante toda la noche. De pronto, noté que mi prima me estaba mirando fijamente a los ojos y, cuando nos cruzamos las miradas, se levantó y caminó hacia la escalera para ir a la terraza. Yo entendí que quería que la siguiera, así que subí detrás suyo y, una vez arriba, me regaló una de las mejores mamadas de mi vida y nos pusimos a follar. Desde entonces empecé a amar las reuniones familiares.