Descripción
Para muchas parejas los cruceros son ideales para fortalecer la relación, pero otras acaban rompiéndose definitivamente. Lo que pretende ser una segunda luna de miel inolvidable, muchas veces se transforma en una pesadilla. Es que las posibilidades de ligar se suceden todo el tiempo, y basta con dejar un rato a solas a tu esposa para que un tío cualquiera se acerque a coquetearla. El marido de esta rubia no lo entendió así, y la dejó a solas en la piscina mientras se pasaba la tarde en el casino. Al final, la rubia se fue al camarote del primer hombre que intentó follársela, sin importarle que fuera un gordo calvo y maduro. Ella solo quería sentirse deseada, que le chuparan las tetas, se la follaran mirándola a los ojos y la pusieran en la postura del perrito para taladrarle el coño con el culo en pompa. ¡Obvio que lo consiguió!