Descripción
Esta putita latina no cree en las casualidades, así que cuando se vio en la necesidad de llamar al fontanero justo el día en que el novio no estaba en la casa, empezó a intuir que algo podía suceder. Cuando lo vio entrar ya no le quedaron dudas: Aquel tío era tan guapo que tenía que ser suyo. La zorra, que estaba vestida con una falda diminuta, empezó a provocarlo enseñándole el culo a cada rato hasta que, finalmente, tocándole la polla le hizo saber que quería sexo. El chaval la sacó para que la zorra se pusiera a mamársela y, después de follársela en la cocina, le comió bien el coño para que se volviera a correr.