Descripción
Encontrarme con la madre de mi amigo caminando de la mano de otro tío fue una de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Nunca me consideré un tío demasiado afortunado, pero ese día sí que tuve suerte. Se me presentó la oportunidad de chantajearla amenazándola con contarle todo al marido, y ella estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de que no la delatara. Así fue como la convertí en mi putita personal. Cuando fui a la casa, la zorra empezó por hacerme una mamada y acabó totalmente desnuda, entregándome el coño en varias posturas para que me la follara en la cocina.
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