Descripción
Esta pelirroja cuatro ojos llevaba tanto tiempo buscando trabajo que, cuando se le presentó la primera oportunidad, aceptó todas las condiciones que le imponía su nuevo jefe con tal de que la contratara. Para eso, tendría que dejarse follar, no una sino todas las veces que el tío quisiera. Básicamente, a partir de entonces se convertiría en la putita de su jefe. Tanto no le disgustaba, ya que al ser un hombre mayor, es un experto en sexo oral que complementa con la lengua todo el placer que no puede ofrecerle a las mujeres con la polla. La pelirroja tatuada lo deslumbró con sus tatuajes, y se pasaron varios minutos chupándose mutuamente en la postura del 69 antes de ponerse a follar por primera vez.