Descripción
Echaré de menos los polvos maravillosos que me echaba con mi madrastra. Nuestros momentos de intimidad eran los mejores del día. Ambos vivíamos hartos de mi padre y de las obligaciones que cada uno tenía en el trabajo. Cuando llegábamos a casa, nos relajábamos, nos poníamos en bolas, nos masturbábamos y acabábamos follando. Yo la penetraba con sus consoladores y ella me hacía unas pajas y unas mamadas de campeonato. Ahora que se mudará con mi padre a otra ciudad, probablemente pase mucho tiempo hasta que vuelva a verla. Por eso, hemos grabado este video casero para masturbarnos recordando lo bien que nos lo pasábamos.