Descripción
La rubia Joslyn Jane estaba convencida de que ya estaba preparada para combatir con cualquier persona del sexo que fuera. Había entrenado muy duro y sus últimos combates de lucha libre los había ganado sin problemas, humillando a sus rivales. Eso la animó a pactar un combate con el negro y a aceptar la apuesta de que, el perdedor, se dejaría humillar por el ganador. La pelea fue corta, y el negro rápidamente la dominó. Con mucha vergüenza, la rubia aceptó su derrota y se puso a comerle la polla. Cuando el negro se la folló, sintió que se tenía merecida cada embestida de su polla por haberse creído invencible.
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