Descripción
El día en que mi hermanastro me vio desnuda, nuestra relación cambió para siempre. Él se topó conmigo cuando salía de ducharme, nos chocamos y la toalla se me cayó al suelo dejándome totalmente expuesta. Fueron apenas unos segundos, pero los suficientes para que él grabara en su mente un video imborrable de mis tetas y mi coño en toda su plenitud. Desde entonces, los dos empezamos a pajearnos pensando en aquella situación, hasta que un día terminamos follando. Él soñaba con que yo le chupara la polla y yo con chupársela, y el primer polvo que nos echamos fue tan intenso que desde entonces ya nunca dejamos de follar.
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