Descripción
Menuda sorpresa se llevó la morena casada cuando el cobrador de la concesionaria se apareció en la casa de sorpresa. Ella ni siquiera sabía que el marido no había pagado la cuota del coche,. así que estaba obligada a resolver la situación. El cobrador no le dejó muchas opciones y le exigió que, para empezar a hablar, antes que nada se desnudara. Tímidamente, la casada empezó a quitarse cada una de las prendas hasta quedarse completamente desnuda. Avergonzada, intentaba cubrirse las tetas y el coño, pero no le resultaba nada fácil. Finalmente el hombre le dio un día de prórroga, así que si al día siguiente no tenía el dinero, tendría que dejarse follar para conseguir más tiempo.