Descripción
Mi vecino tiene la manía de pedirme que me deje grabar cada vez que follamos y yo siempre le dije que no. Me daba mucho miedo que mi esposo viera el video y me descubriera, pero la última vez acepté. Me convenció diciéndome que me veía tan guapa con la lencería sexy que llevaba puesta que quería inmortalizar nuestra follada con un buen video y sus palabras retumbaron muy fuerte en mis oídos. Sentí que nadie me halagaba tanto, a nadie le gustaba tanto y, por supuesto, nadie me follaba tan bien como él. Además, a nadie nunca le chupé la polla con tantas ganas como a mi vecino, así que dije… ¡a tomar por culo mi marido! y le dejé encender la cámara mientras me follaba.