Descripción
Nunca se me hubiera ocurrido traicionar a mi vecino. Él es mi colega desde hace muchos años, y tenemos una relación excelente; pero desde que se casó y se mudó al lado de mi casa, comencé a tener también una muy buena amistad con su mujer. Por eso suelo visitarlos dos o tres veces a la semana. Esta vez, él aún no había regresado del trabajo y era la primera vez que su esposa y yo estábamos solos en su casa. La tentación fue muy fuerte. En cuanto ella me dijo que estábamos solos, la besé. Del beso pasamos a meternos mano y a los pocos segundos ya estábamos desnudos. Por respeto a mi amigo, no me animé a penetrarla, pero le comí bien la conchita y ella me chupó la pija hasta sacarme la leche. Seguramente, habrá revancha entre nosotros…