Descripción
Ya estaba cansada de que mi novio nunca me prestara atención. Los videojuegos lo tienen idiotizado, y ya ni sé para que me invita a la casa si se lo pasa delante del ordenador. El otro día me cansé de aburrirme, me fui a ver la televisión con mi suegro y se me ocurrió probar suerte con el viejo. ¿Sería que yo no era tan guapa como me creía y por eso mi novio no quería follar conmigo? Su padre, por suerte, me demostró lo contrario. En cuanto me vio el chochito, el anciano se puso al cien. Me metió los dedos, me chupó bien el coño, le chupé la polla y hasta me folló ahí mismo en el sofá. Para cuando mi novio se dio cuenta ya era tarde. Acabábamos de corrernos y estábamos tan relajados que nos importaba tres cojones que estuviera cabreado.
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