Descripción
Mi madrastra me sorprendió entrando desnuda en el baño y metiéndose debajo de la ducha mientras yo estaba bañándome. Nunca la había visto en bolas ni ella a mí, y aunque no me llamaba la atención, realmente me sentí incómoda. Por suerte, la zorra transformó rápidamente mi incomodidad en calentura, besándome, acariciándome y tocándome el coño. No se si lo había planeado así o no, pero esa mañana mi madrastra me inició como lesbiana. Ahora, me gustan más los chochos que las pollas, estoy hecha toda una bollera y he aprendido a comer coños como toda una experta. ¡Todo gracias a la guarra de mi madrastra!
