Descripción
Mi compañero de la universidad hizo un excelente trabajo para conquistarme. Fueron semanas comportándose de tal forma que acabó convenciéndome de que era mi príncipe azul. Tomar la decisión de aceptar ir a su casa no me costó nada. Habíamos salido varias veces a tomar cafés sin que se me insinuara, que se había ganado todo mi respeto. De todas formas, sabía que en su casa intentaría follarme. Yo estaba a la expectativa, observando sus movimientos, y me encantó cómo me besó primero y me desnudó después. Por eso, no solo le comí la polla y dejé que me follara, sino que le di el culo para que me enculara bien rico porque se lo tenía muy merecido.
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