Descripción
La broma que le hice a mi novia tenía varias razones, pero la principal y la que la motivó fue que me moría de ganas de que mi amigo la viera desnuda, disfrutando mientras me la estaba follando. No quería que él se la follara ni nada parecido. Simplemente, me resultaba gracioso hacerle creer a ella que se la folló. ¿Qué hice? Le vendé los ojos, la llevé al cuarto y, allí, me la follé con los ojos vendados. Mientras tanto, mi amigo se masturbaba espiándonos dentro del armario. Después me fui corriendo y salí de la casa. Cuando ella se destapó los ojos, descubrió a mi amigo enfrente suyo y creyó que él acababa de follársela. ¿He sido un cabrón, verdad?
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