Descripción
Mi amiga tenía una calentura incontrolable aquella noche. Andaba con unas ganas de follar tremendas, pero como no tenía con quien, se estaba masturbando furiosamente con sus consoladores. De pronto, la llamé por teléfono para saber como andaba y me invitó a la casa. No me ocultó sus deseos de polla, así que no dudé en metérsela en la boca apenas entré por la puerta. ¡Con qué ganas me la chupó! Entre ella que estaba desesperada por una buena follada y yo que por primera vez estaba viendo sus enormes tetas y su perfecto culo, no paramos de follar durante toda la noche.
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