Descripción
No había un solo hombre en todo el gimnasio que no se pasara toda la tarde mirándole el culo a esta putita colombiana. Es que tiene un ojete espectacular, perfecto por donde se lo mire. Además, cada vez que hacía un ejercicio daba pequeños gemidos, como si se la estuvieran follando. Nadie se atrevía a hablarle, pero yo sí. Por eso me llevé el premio mayor: una brutal enculada en el coche en el aparcamiento. Al final, lo único que había que hacer para follarse a la latina por el culo, era coquetearla un poco. ¡Si hasta llevaba un plug anal puesto para tener el culo listo para que la penetraran sin problemas!