Descripción
Mi fiesta no podría haber terminado mejor. Los invitados empezaron a irse uno tras otro, hasta que al final se quedaron dos amigos que me habían estado coqueteando durante toda la noche. Entonces, me desafiaron a comerles las pollas a los dos juntos, y como mi compañera de piso aun estaba despierta, nos metimos en el baño. Allí, me arrodillé y me puse a chupárselas hasta que uno de ellos se corrió y se fue. El otro se quedó porque tenía ganas de follarme, así que fuimos al cuarto, me eché boca abajo sobre la cama y me penetró por el culo para darme una enculada inolvidable.