Descripción
Yo sabía que las brasileñas eran muy putas, pero nunca me imaginé cuanto. Me lo hizo saber esta zorra que conocí en mis últimas vacaciones en Río de Janeiro, cuando se ofreció a llevarme al hotel en su coche y, durante el viaje, me chupó la polla mientras iba conduciendo. Es increíble la habilidad que tiene para llevar el coche sin dejar de mamar el rabo, y lo mejor de todo es que acaba tragándose toda la corrida sin siquiera detenerse a un lado de la carretera. Ahora ya sé que en Brasil, si una zorra se monta en el coche en bikini, lo mas probable es que te regale una mamada.