Descripción
Para esta madura tetona casada, desaprovechar la oportunidad de follarse a un vecino tan joven y guapo como el suyo era un sacrilegio. El marido se la folla cada dos meses como mucho, y ella siempre anda cachonda. El chaval fue a su casa a por un poco de sal, y la madura vio una buena oportunidad de pasar una inolvidable tarde de sexo. No tuvo que hacer muchos esfuerzos para conseguirlo. Apenas el vecino se dio cuenta de que lo estaba coqueteando, se echó encima de sus tetas y empezó a chupárselas. Después se la folló en varias posturas diferentes y a la casada le encantó. No paró de sonreír en ningún momento de lo feliz que estaba, y tuvo como cuatro orgasmos.