Descripción
Si el padre de este chaval supiera de los polvos increíbles que se echa con la madrastra, seguramente no los hubiera mandado solos de vacaciones. Para recompensarlos por todo el tiempo que no les dedica, les regaló unos días de vacaciones en México en un hotel muy lujoso que usaron principalmente para follar. Es que el balcón tiene vista a la selva, así que pudieron darse el gusto de follar al aire libre sin que nadie los espiara. Lo único que consiguió el hombre al regalarles el viaje fue que el hijastro y la madrastra judía se cansaran de follar día y noche, y regresaran a casa pensando en abandonarlo e irse a vivir juntos.
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