Descripción
Lia Louise estaba a cuatro patas, mirando hacia la puerta y recibiendo las terribles embestidas de la polla del vecino en el coño cuando el marido llegó a la casa. Al pillarlos, el cornudo, no se lo podía creer. La morena le había advertido que empezaría a follar con otros tíos hasta que él solucionara sus problemas de impotencia, pero no esperaba que lo hiciera en sus morros. Ni Lia ni el vecino se detuvieron al verlo entrar. Por el contrario, se motivaron más y le ordenaron que se sentara a ver lo dura que la mujer le ponía la polla al vecino mamándosela y lo mucho que a él le gustaba follarse a esa hembra con esas tetas y ese culo maravillosos.
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