Descripción
A su edad, Leinani Lei está convencida de que es un milagro que este negro se la folle siempre que está cachonda. Todavía no entiende cómo es que se lo ligó, pero sospecha que es por lo puta que es. La zorra lo llevó a su piso en cuanto lo conoció, y a los pocos minutos ya estaba desnuda, mamándole el rabo y rogándole que se la follara. Desde entonces no para de chuparle la polla todo el tiempo, y hasta lo despierta a mamadas. El negro, apenas abre los ojos, se la mete en el coño, se la folla bien follada y se corre en su barriga, en sus tetas, en su chocho o donde le salga de los cojones. Hay que reconocerlo. Aunque Leinani es una anciana, tiene un tipazo que cualquier abuela envidiaría.
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