Descripción
Hacía muy pocos días que la tía Melanie Hicks había follado por última vez, pero para ella era una eternidad. Acostumbrada a que se la follaran todo el tiempo, estaba empezando a desesperarse cuando, de pronto, recibió la inesperada visita del sobrino. ¡Era una señal del cielo! El yogurín ya estaba en edad de decidir con quién, cuándo y cómo follar… ¿Por qué no enseñarle la mercancía para tentarlo a probarla? La zorra de la tía se levantó el vestido para enseñarle que no llevaba bragas y el sobrino, al verle el coño, no se lo pensó dos veces y sacó la polla para que se la chupara. Aquel día follaron por primera vez y, al día siguiente, el chaval ya estaba follándosela por el culo.