Descripción
Como era de esperar, un día a la gorda tetona Kailie Raynes le tocaría entregar el culo delante de las cámaras. Ella tenía mucho miedo porque hasta entonces su culo era casi virgen. Apenas si había disfrutado de unas ricas lamidas y, cuando intentaron dilatárselo metiéndole los dedos, le dolió demasiado. Esta vez, le tocaba recibir una buena polla y soportar las embestidas hasta que el tío decidiera correrse. A pesar de sus temores, el hombre era un experto así que se la pudo meter sin dolor. Al final le terminó gustando y disfrutó al máximo del rodaje de su primer video porno de sexo anal.