Descripción
Para Aria Banks ponerse a cabalgar sobre una polla como la de Duncan Saint era como montarse en la mejor montaña rusa del mejor parque de atracciones. hasta ahora solo había probado rabos pequeños, y esa tranca enorme era justo lo que necesitaba. Estaba encantada, como cría a la que acaban de regalarle la última muñeca de Barbie. la tocaba, la acariciaba, la chupaba, se la comía toda y, por supuesto, la gozaba como nunca cuando Duncan le taladraba el coño. Sin dudas, una experiencia de sexo extremo que la rubia nunca olvidará. Desde entonces, ya nunca mas quiere follar con tíos de pollas pequeñas.
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