Descripción
Seguramente Isla Ibiza nunca más volverá a robar en su vida. Hasta ahora jamás la habían pillado, así que no se imaginaba las consecuencias que podía sufrir. Después de que el segurata la encerrara en un cuarto y la obligara a desnudarse por completo para revisarla, juró no volver a quedarse con nada que no le perteneciera. Sobre todo porque, al verla desnuda, el guardia se excitó y le ordenó que le chupara la polla y se dejara follar a cambio de dejarla en libertad. Así fue como a la ladrona le robaron la dignidad, ya que se sintió muy sucia y muy puta después de haber follado con aquel chaval.
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