Descripción
Lily Rader estaba muy conforme con su trabajo. Sin embargo, la paga mensual no le alcanzaba para darse todos los gustos, así que empezó a robarle dinero al jefe de los cajones del cuarto. Lo que no sabía era que la casa estaba llena de cámaras y el negro la pillaría. Entre acabar presa o aceptar un castigo de parte del jefe, la rubia no dudó en elegir lo segundo. El negro la recostó sobre su falda, le levantó el vestido y comenzó a darle nalgadas. Después sacó la polla y se la metió en la boca. La pobre rubia nunca antes había visto un rabo semejante. Increíblemente, chupándosela se puso bien cachonda. Por eso, cuando el negro decidió clavársela en el coño y follársela bien follada, pudo disfrutarlo como un premio mas que como un castigo.
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