Descripción
La mayoría de las personas tienen problemas para conseguir garantías de pago a la hora de alquilar un piso, salvo las jovencitas guapas como Kira Thorn cuando el propietario resulta ser un pajero como este. La rubia ni siquiera tenía una paga mensual fija. Menos aun un familiar que le saliera de garante. Tenía sí, un buen par de tetas, un culo precioso y un chocho siempre dispuesto a recibir una buena polla. El propietario, después de comprobar que la guarrilla estaba dispuesta a mamarle la polla y follárselo como parte de pago, aceptó su cuerpazo como garantía. Ya van seis meses que Kira vive en ese piso… y todavía no ha pagado con dinero un solo mes.
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