Descripción
Aunque parezca mentira, hasta ese día Kenzi Foxx todavía no había probado una polla negra. No sabía qué gusto tenía el rabo de un negro, ni mucho menos cómo sería que se la follaran con un pollón inmenso. Estaba dispuesta a descubrirlo, así que miedo no tenía ni un poco. El negro fue bastante amable y gentil con ella, así que a la hora de desnudarse y masturbarse frente a las cámaras, lo hizo con toda la intención de provocarlo. El chaval se puso al cien admirando su cuerpazo y se sintió completamente seducido. Antes de que ella se lo pidiera, ya tenía la polla bien dura y se la estaba metiendo dentro de la boca para que la rubia se la mamara. ¡A Kenzi le supo deliciosa!
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