Descripción
Los juegos exhibicionistas de Jeny Smith y su marido no tienen límites. Él la trata como a una esclava, y a ella le encanta. Le ordena que se desnude en sitios públicos y la zorra obedece sin dudar un segundo. Esta vez, montaron un plan que les tomó bastante tiempo, pero funcionó a la perfección. Jeny consiguió un trabajo nuevo y, durante la primera semana, se encargó de poner cámaras ocultas en varios sitios. El día pactado, fingió haberse echado el café encima sin querer para tener que quitarse la falda. Con pantimedias negras, pero sin bragas, empezó a pasearse por toda la oficina exhibiéndose ante todos. Sin embargo, eso no le pareció suficiente, así que fue al baño, se quitó toda la ropa, salió desnuda para que todos le vieran las tetas, el coño y el culo… y así en bolas tuvo que salir por la puerta en cuanto la echaron.