Descripción
Si alguien en el vecindario todavía tenía alguna duda de que la zorra canadiense Alyssa Reece le estaba poniendo los cuernos al marido con el vecino Raúl Costa, pues aquí está la prueba. No pasan ni veinte minutos de que el marido se va a currar que el cabrón del vecino ya está pegando en su puerta. La zorra, sabiendo lo que le espera, ni siquiera es capaz de vestirse. Lo recibe en bragas, consciente de que pronto se las quitará para ponerla a mamarle la polla y follársela en todas las posturas. Sus encuentros sexuales son tan apasionados que follan en cualquier sitio en el que estén . Esta vez lo hicieron en la cocina, pero con tal de no perder un segundo, hasta han llegado a hacerlo en el jardín.
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