Descripción
No me sucede a menudo que los chavales me inviten a salir. Mucho menos los vecinos, y ni hablar de los jóvenes y guapos como este negrito. Mas de una vez me había pajeado imaginándome su polla dentro de mi boca, así que hice todo lo posible para que la cita fuera inolvidable y quisiera repetirla. Mientras estábamos en el cine, saqué su rabo y me puse a hacerle una mamada en público. Eso lo puso tan cachonda que, en vez de llevarme a cenar, me llevó a la casa para que volviera a mamarle la polla y me folló en todas las posturas. ¡Qué rica tranca que tenía! Comerme ese rabo si que hizo que valiera la pena dejar la cena para después…
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