Descripción
El padre de esta jovencita rubia nunca se imaginó que su compadre, el amigo de toda la vida, algún día sería capaz de querer follarse a su hija. Menos aún siendo su padrino, ya que debería quererla como a una hija y no mirarla con ojos de deseo. Lo peor de todo es que eligió follársela en medio de una reunión familiar, mientras todos estaban en el salón mirando Netflix. El cabrón se metió en la cocina detrás de ella, la arrinconó contra la mesa y empezó a meterle mano. La ahijada no supo decirle que no, así que acabó dejando que le bajara las bragas, le comiera el coño y se la follara ahí mismo.
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