Descripción
La pequeña negra estaba luchando con el sujetador. Le costaba quitárselo y, cuando por fín lo consiguió, sin querer lo colgó de un poste demasiado alto. La única forma de recuperarlo era pidiéndole ayuda al negro gigante que miraba la escena atentamente. El negro la alzó para que alcanzara el sujetador… peor no estaba dispuesto a hacerle el favor de gratis. A cambio le pidió que le hiciera una mamada. La negrita, que nunca había estado con un hombre de semejante tamaño, se moría de curiosidad de ver qué tan grande tenía la polla así que aceptó chupársela encantada de la vida.