Descripción
El hijastro de Brooke Banner notó que la madrastra había regresado muy estresada de su viaje y decidió darle un masaje para ayudarla a relajarse. El problema fue que nunca antes le había puesto las manos encima, y no sabía como ella reaccionaría. La rubia empezó a gemir levemente, haciéndole notar su excitación sin ser demasiado evidente. El hijastro, que aun tenía sus dudas, decidió meterle los dedos en el coño y así se aseguró de que la madrastra estuviera cachonda y dispuesta a follárselo. El polvo que se echaron fue maravilloso. Es el secreto mejor guardado que tienen ambos. Solo de esa manera, pueden darse el gusto de seguir follando cada vez que estan solos.