Descripción
A Sawyer Cassidy ya le parecía raro que el hermanastro todavía no le hubiese hecho pagar el favor. ¿Acaso no había nada que él quisiera de ella? Hasta se sentía desilusionada, porque se imaginaba que, como mínimo, tendría que enseñarle las tetas. El asunto es que el chaval estaba esperando el momento perfecto porque quería verle mucho más que las tetas. Se la quería follar, y ponerla a mamarle la polla de rodillas mirándolo a los ojos. Si no lo había intentado hasta entonces, era porque no estaba seguro de que la morena cuatro ojos no lo mandara a tomar por culo. De haber sabido que la hermanastra estaba deseando ansiosamente que se la follara, seguramente lo hubiese intentado antes.
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