Descripción
A veces ofreciéndoles dinero y otras seduciéndolas, el gordo Jess Howard siempre consigue ligarse nuevas jovencitas hermosas e inocentes para follarse. Es increíble que tías tan guapas se dejen follar por un hombre tan obeso, mórbido y desagradable. Sin embargo, lo hacen voluntariamente, aunque en medio del polvo se arrepientan y empiecen a contar los minutos para que termine, por la brutalidad con la que se las folla y lo mucho que les cuesta aguantar semejante bola de grasa de 200 kilos taladrándoles el coño. Mirad sino como esta pobre jovencita tiene la cabeza hundida en la almohada mientras el gordo se la folla. No para de rogar que acabe de una vez. ¡Está viviendo una pesadilla!
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