Descripción
¡Qué aventura más excitante viví ayer por la tarde con el fontanero! Como mi esposo estaría currando cuando él viniera, puse unas cámaras ocultas grabando en la cocina y me quité las bragas para que, con solo agacharme un poco, se me vieran el coño y el culo por debajo de mi corto vestido. El tío se dio cuenta enseguida, ya que no solo me agaché ante él ofreciéndole una buena vista de mi culo en primer plano, sino que tuvo que acostarse en el suelo mirando hacia arriba y yo me le paré encima. ¡Estaba como loco! Cuando ya no pudo contenerse y empezó a tocarse, decidí darle un premio consuelo para quitarle la calentura y le chupé la polla hasta sacarle la lefa. ¡Se lo tenía merecido!