Descripción
El anciano estaba deslumbrado con la belleza de la masajista. Shady Spa es una morena muy guapa, y era lógico que el viejo estuviera flipando en colores. Ella, además, tenía un traje de blanco diminuto que dejaba ver todas sus partes. El viejo hacía años que no veía un pezón, y mucho menos un coño. Si hubiese tenido treinta años menos, se la hubiera follado sin dudarlo . Lamentablemente ya no está para esas cosas pero, por que no, sí para disfrutar de una mamada. Por suerte Shady Spa aceptó encantada y le chupó la polla hasta sacarle la leche. Haber recibido la mejor mamada de su vida a los sententa años, le hizo sentir que vivir sigue valiendo la pena.
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