Descripción
No sé cómo fue que de repente el amigo de mi padrastro estaba pegando en mi puerta pero lo cierto es que apenas me sonrió, mojé las bragas. Aquel tío era guapo, majo, seductor… lo tenía todo. Yo justo estaba probándome ropa, así que a cada rato él tenía que voltearse para no verme las tetas hasta que, en un momento, yo ya estaba tan cachonda que caí rendida a sus pies y terminé chupándole la polla. Obviamente, acabó follándome en todas las posturas como nunca nadie me había follado, diciéndome todo el tiempo lo mucho que le gustaban mis tetas, mi culo y mi chochito estrecho. ¡Creo que acabé enamorándome!
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