Descripción
Regresar al trabajo significaba, entre otras cosas, el placer de ser recibido por ella, placer que aumentaba cuando lo sorprendía con algún juego pervertido al que quería jugar. Él siempre se dejaba llevar, disfrutando del placer que su tierno rostro contraía por el placer que le brindaba a él. Así que ese día se sorprendió al ver que nadie lo esperaba en la entrada. Mientras subía las escaleras, escuchó el murmullo de la ducha. Temiendo lo peor, entró y encontró a la hermosa niña dentro de la bañera esperándole para hacerle una rica mamada que acabó en corrida facial extrema.
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